Dos tercios de nuestro cuerpo es agua. Existe por tanto mucha movilización de líquido en nuestro organismo. Dependiendo de la cantidad de liquido que se aloje en los tejidos habrá una mejor o peor nutrición de nuestras células y por consiguiente un estado de salud óptimo.
El masaje de drenaje linfático se aplica en casos de inflamaciones o edemas: linfedemas, lipedemas, sinusitis, hematomas, cicatrices, después de operaciones, edemas por el embarazo, estrés, ansiedad, migrañas, dolores de cabeza, varices venosas, estreñimientos, dolores menstruales...
También está indicado en dolores de los miembros musculares, lesiones deportivas (esguinces) y en dolores crónicos de tipo artrósico.